martes, 2 de noviembre de 2010

Dilma Rousseff

Ganó Dilma, como casi estaba previsto, y no ha pasado nada. La verdad es que no había mucha diferencia entre lo que proponía como programa electoral ella y lo que proponía Serra. La única, y fundamental, diferencia estribaba en el peso de la estructura del estado. Los "petistas" de Lula y Dilma (del PT, Partido de los Trabajadores) abogan por un estado federal más "grueso", con una estructura funcionarial más fuerte, y los socialdemócratas de Serra pedían menos administración y más técnicos para agilizar la eficacia del gobierno federal. Dilma ganó arropada por las clases trabajadoras, los menos favorecidos y por los grandes capitalistas. Es una falacia vender que el PT está apoyado por las clases medias: yo, al menos desde aquí, no lo percibo.
Y así, al final ganó Dilma, porque tenía detrás a Lula y porque el tal Serra tiene menos carisma que un papel de caramelo. Y la gente aquí, el domingo, siguió como cada día festivo, yendo a la calle a pasear, o sentarse en las aceras mientras que los niños jugaban al balón. O se fueron al parque a tomar unas cervezas. O se quedaron en casa viendo al Corinthians o al Palmeiras... Porque aquí, tal vez, las elecciones son así, sin pasiones. Las pasiones las levanta sólo el fútbol.

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