viernes, 28 de enero de 2011

La receta... porque me la han pedido muchos

Ingredientes:
* 3 huevos
* 300 g de harina
* 150 g de azúcar
* 100 g de mantequilla y un poquito más para engrasar el molde
* 1 vaso de leche (semidesnatada, en mi caso)
* 100 g de cacao o chocolate en polvo concentrado
* 1 pizca de sal
* 1 sobrecito de levadura

Paso 1: Precalentar el horno a 200º.

Paso 2: En un cuenco grande mezclar todos los ingredientes, empezando por la harina, los huevos y la mantequilla. Si lo haces a mano como yo, unos 7 minutos con varilla. Este paso es fundamental: hay que conseguir una masa uniforme y pastosa.

Paso 3: Engrasar un molde de bizcocho con un poquito de mantequilla o aceite y verter la mezcla.

Paso 4: Cocer a horno medio 180-200º durante 30/35 minutos. Sacar y dejar enfriar antes de desmoldar. (Que es cuando hice la foto) Para comprobar que está bien hecho, pinchar con un palillo en el medio. Nunca abrir el horno antes de los 30 minutos, porque se pasma.

Paso 5 (optativo): Una vez frío y desmoldado, se puede cortar horizontalmente y untar con chocolate derretido. (Yo no lo he hecho, porque si no, mi madre me dice que estoy muy gordo)

miércoles, 26 de enero de 2011

¡¡Agua!!

Esta semana me he comprado este aparato para el agua en casa. El agua corriente no es potable, o al menos no es potable para un estómago como el mío, y en esta época del año las garrafas de agua embotellada de cinco litros escasean en los supermercados de aquí. Me comentan que detrás de esas ausencias están intereses comerciales de las marcas que las comercializan. El caso es que prácticamente por el mismo precio que consigo una garrafa de cinco litros en el súper, ahora tengo este garrafón de 20 litros (la parte superior de la foto) que acoplo a la pieza azul oscura que hace de soporte y que fue lo que me compré el otro día. Hay aparatos también que refrigeran el agua conectándolos a la corriente, pero son mucho más caros. En mi trabajo hay dos. Pues eso, que así es como tengo ahora agua potable en casa. ¡Qué tontería! ¿No?

lunes, 24 de enero de 2011

Estampas desde Itú (9: El otro Mundial)

Es normal en las plazas de esta ciudad que se esté disputando "el otro Mundial" de fútbol entre los chavales de la zona. En esta zona, la plaza que tengo que cruzar para ir al súper, a la panadería o a la farmacia, desde mi casa.

domingo, 23 de enero de 2011

Estampas desde Itú (8: Buenas ideas)

¿Os habéis fijado que las puertas de garajes aquí están hechas al modo de verjas? Tiene dos ventajas, el coche se refresca y se evitan pintadas... Hoy, paseando por el barrio vi una puerta de garaje que era como las que tenemos en España y estaba inevitablemente llena de grafittis... Por otra parte, muchas casas en el barrio tienen esa especie de pedestal para depositar la basura... Una excelente idea para evitar que los perros desparramen las bolsas por la acera y las hormigas no se den un festín... Y es que los contenedores aún no están en todas las partes,

Domingo de cocina

Me acabo de hacer un bizcocho de chocolate para empezar mi domingo casero de cocina para toda la semana. Antes he ido a dar un paseo por el barrio y los alrededores, con un día soleado y un cielo azul maravilloso. A las once de la mañana ya no se podía andar normalmente por la calle, por lo que me he vuelto a casa para resguardarme del calor y me he decidido a tener un domingo de cocina (para toda la semana), lavandería, limpieza y radio por Internet... Mientras que escribo esto, tomándome una cervecita, veo por la ventana la calle, que ya se ha quedado desierta... No hay quien aguante este sol veraniego aquí en Itú. La calle, que estaba poblada a eso de las nueve, a mediodía ya parece un páramo. Sólo quedan los de la iglesia de enfrente, que salen apresuradamente de sus oficios matinales para coger sus coches y escaparse de aquí. Al fondo, empiezan a aparecer las nubes que pronto cubrirán todo. Es el anticipo de la tormenta de hoy, supongo...

viernes, 21 de enero de 2011

Tras un mes de lluvias...

Tras un mes de lluvias, hoy al salir de casa para ir al trabajo he podido ver el cielo. Claro que a esa hora aún no había salido el sol, pero la luna -empezando a menguar- daba al cielo del amanecer una luz especialmente bella. No sé si os he comentado que es una auténtica maravilla cómo se ve el cielo (cuando no llueve) de noche en estas latitudes. Hay poca contaminación lumínica, y en el trópico siempre hay mejor visibilidad... ¡Nunca creí que se pudiesen ver tantas estrellas sin telescopio!

martes, 18 de enero de 2011

Estampas desde Itú (7: Otra tormenta)

Os juro que cinco minutos antes de tomar esta foto hacía un sol y un calor del carajo... Ahora, mientras que escribo esto, está lloviendo a mares. Esta foto es de tres minutos antes de la gran tormenta de hoy... Verano tropical.

lunes, 17 de enero de 2011

Los beneficios de una buena paella y unas vieiras... en Brasil

Nunca creí que unas vieiras (de California) y una paella ("de fruitos do mar", brasileña) me sentasen tan bien como las que nos tomamos el pasado sábado por la noche...
La paella, no sé por qué extraña razón, es un plato típico en esta zona, o mejor dicho, es un plato que ofrecen los restaurantes que se jactan de tener cocina internacional... A pesar de que aquí la "internacionalidad" es básicamente alemana e italiana, la paella es relativamente fácil de encontrar. De todas formas, visto el poco gusto que tienen aquí por el pescado y la afición a la "lingüiça" y al picante, no me atreveré nunca a probar una paella "perpetrada" por alguno de los restaurantes locales. Es por ello que mi tío tiene la sana costumbre de -de vez en cuando, una o dos veces al año- hacer una paella para 20/25 personas en la que incluye toda suerte de mariscos de mayor o menor calidad comprados -eso sí- en el maravilloso Mercado de Sâo Paulo. Y eso sí que está bien, sobre todo si va acompañada de unas vieiras de aperitivo (Vieiras de California, pero Vieiras al fin y al cabo...) 

domingo, 16 de enero de 2011

Mis vinos preferidos

Aquí en Brasil no hay una gran tradición de vinos: ni hay grandes vinos brasileños ni hay gran consumo o conocimiento de vinos. Así las cosas, este país es terreno abonado para los vinos de otros paises que por cercanía o tradición, triunfan entre las pocas personas que forman el selecto club que aprecian este producto. Chile, Uruguay y Portugal son las procedencias de la mayoría de las referencias que uno se encuentra en las tiendas y supermercados (No en todos, porque los supermercados pequeños ni siquiera tienen vinoteca).
Entre los vinos portugueses me he encontrado el que aparece en la fotografía... un rosado barato (unos siete euros) pero muy modernillo y sabrosón... Pero los mejores vinos en relación calidad/precio que he probado o que he visto son chilenos. Hay que prestar una atención especial a los Shyrah del país trasandino, espectaculares todos los que he probado, tanto shyrah 100% como en combinación con otros tipos de uva...
Ya seguiré ilustrando esto, en la medida que el tiempo y mi economía lo permita en las próximas semanas.

viernes, 14 de enero de 2011

Reflexiones

Ya llevo un buen periodo de tiempo en este país. Me estoy acostumbrando a la manera de vivir aquí y ha sido un proceso bastante natural y tranquilo, en parte por el apoyo incondicional de mi familia brasileña que me ha facilitado mucho las cosas. Hay cosas que me gustan más, otras que me gustan menos, pero no hay nada especialmente raro o malo o que no se pueda entender o que no se pueda aceptar.
He pasado tres meses y una semana en las que poco a poco he ido aprendiendo el idioma, las costumbres, los refranes, los giros y bromas, los "tacos" y las maneras de pensar y entender el mundo de los brasileños de una ciudad pequeña del interior del país. También he tenido la oportunidad de conocer algunas ciudades grandes de este entorno y la megalópolis que hoy en día es Sâo Paulo. He ido hasta el mar, descendiendo por toda la sierra del "Mato Atlántico" y he descubierto cómo es la ciudad que da nombre a la tienda de café que había cerca de mi casa en Vigo: "Campinas de Sâo Paulo".
He intentado integrarme en el modo de trabajar aquí, sin demasiado éxito, porque soy incapaz de trabajar al ritmo de mis compañeros en la Publicenter. He conseguido conocer un poco un barrio popular de Itú, el "Rancho Grande" donde llevo dos meses viviendo y donde ya me empiezan a conocer como "o espanhol" (en la panadería, en el supermercado, en la parada del autobús...). He trabajado desde aquí para España vía Internet.
He sufrido en mis carnes los picotazos de los mosquitos (menudos hijos de puta...) y de la burocracia brasileña (menudos hij... -ya lo dije antes-). Por su culpa, tendré que salir de Brasil a primeros de abril (No, por la culpa de los mosquitos, no)
He conocido el funcionamiento de la Universidad en este país. También he descubierto que el verano aquí no es idílico como creía... Llueve como si el coro de plañideras celestial no tuviese descanso... Y desgraciadamente, tanta lluvia está trayendo desgracias personales a Brasil.
Me he encontrado con gente maravillosa y algún que otro (pocos) mezquino. Me han pedido mi pasaporte en dos ocasiones porque me confunden con un "metaleiro" por mi modo de vestir (casi siempre de negro). He bebido mucha cerveza y mucho chopp, como si no hubiese otra cosa que beber aquí. Y también he descubierto algún buen vino, chileno especialmente. He hecho y he bebido caipirinha... Con "pinga" y no con vodka como hace casi todo el mundo aquí.
He hecho todo eso y alguna cosa más (confesable sólo bajo presión), y sin embargo aún no me siento parte de este lugar bendecido por los dioses. ¿Estaré delirando?

Hay cosas que tras tres meses siguen chocando...

Seis y media de la mañana. En mi barrio todo el mundo parece tener prisa. Las personas que están a esas horas por las calles siempre tienen prisa. Yo no. He salido pronto para ir andando al trabajo y como se ha puesto a llover (para variar) voy a tener que coger el autobús. Falta un cuarto de hora para que llegue a la parada. Por eso me detengo un poco en los alrededores, concretamente en una plaza circular, como una gran rotonda, que se llama Victorio del Campo. Allí veo muchos días a chavales jugando al fútbol o volando cometas. Claro que la imagen que me encuentro y que podéis vislumbrar en la foto es desoladora. No me acostumbro a ello. Han pasado tres meses de estancia aquí y ver el estado de suciedad de las calles es algo que sigue chocándome y mucho. Me he acostumbrado a los tumbos del autobús, al idioma, a los "resaltos" de las calles, a la manera de ser de la gente... pero eso sigue sublevándome. La falta de cultura cívica, que es uno de los mayores logros que más o menos tenemos en Europa, aquí aún brilla por su ausencia. Y eso que hay contínuas campañas gubernamentales intentando concienciar al personal que se deben respetar las señales de tráfico, dejar pasar a los peatones en los pasos de cebra, reciclar la basura, usar las papeleras... Pero nada... Por ahora como si oyen llover. (Y os juro que estos días no se oye más que lluvia en este país)

miércoles, 12 de enero de 2011

Aquellos días de playa

La imagen que se tiene de Brasil en España es muy estereotipada en muchas cosas. Especialmente en el trío fútbol, playa y garotas... Hoy voy a intentar desmontar mitos acerca de las playas.
Vamos a ver: Brasil es demasiado grande como para que haya playas en todas partes. Por ejemplo, donde yo estoy viviendo, no hay ni playa fluvial... Mucha de la población de Itú jamás ha visto el mar porque aquí estamos a unos doscientos kilómetros por carretera de la playa más cercana y, es más, a mucha gente que conoce el mar no le ha gustado. Además, entre la costa y Sâo Paulo hay una sierra de unos 800 metros de altura que guarda un tesoro ecológico de primera magnitud, el "Mato Atlántico", que separa la meseta en la que está la capital del estado del mar. Y, por extensión, también separa a la ciudad en la que vivo, Itú.
Pero yo, después de tres meses de estar aquí sin mar, el pasado día 2 fui a la playa, como podéis ver en la foto. Y me importó un rábano que lloviese, que el agua estuviese a 25º, que la playa fuese una playa "pija" semi-privada, que estuviese por allí Raí, el ex-campeón del mundo de fútbol, que no hubiese garotas exhuberantes... Me dio exactamente igual todo. Tres meses sin ver el mar son demasiados incluso para mí, que no soy un fan número 1 de la playa.
Cuatro baños, una horita de tumbona (aún lloviendo), un paseo por la arena... Todo maravilloso. (Lo que hace la falta de algo que siempre has tenido a tu alcance: creo que cuando vuelva a Vigo me voy a ir directo del aeropuerto a La Sirenita)

martes, 11 de enero de 2011

Estampas desde Itú (6: En el autobús)

Lo que más me llama la atención de las "normas de conducta" en el autobús es eso de que "nâo é permitido permanecer sem camisa"... porque lo de que se pueda comer (excepto helados) me parece muy bien... A ver quién se atreve a comer algo con la cantidad de tumbos que va dando el autobús... ¡¡Para morderse la lengua!!

lunes, 10 de enero de 2011

Verano pasado por agua

En contra de la creencia generalizada en Europa, el verano en este punto del Trópico de Capricornio es la época de lluvias. Y aquí, cuando llueve, llueve de verdad, como ya he comentado en este mismo blog. Ahí en España se habla de Tormentas Tropicales y todo el mundo se pone a temblar, porque va a haber vientos huracanados, lluvias de unos 100 l/metro cuadrado al día, etc...
Pues bien, aquí hay Tormentas Tropicales de esas casi todos los días en esta época del año. La del sábado fue especialmente virulenta: 150 l/metro cuadrado en tres horas, cortes de luz muy persistentes, vientos que hacían que el agua entrase hasta por debajo de las puertas, muchos árboles caídos...
En concreto, en mi casa voló parte del tejadillo del garage y me entró agua por el cuarto de baño... Casi nada, en comparación con los seis árboles (alguno de gran tamaño) caídos en la avenida que hay a unos 100 metros de mi casa... Esto sí que son tormentas... (Y aquí no se declara ninguina alerta amarilla ni naranja...)
En la foto podéis ver el agua que caía en mi patio unos minutos antes de que volase el tejadillo de la entrada del garage.

viernes, 7 de enero de 2011

Me siguen echando de menos...

Publicado en el Faro de Vigo del 6 de enero. No sale en la edición digital por lo que debéis pulsar en la foto para verlo en grande. Fernando Franco habla de mi Fin de Año en Brasil en el último apartado de su "Mira Vigo".

jueves, 6 de enero de 2011

Varias cosas desde Brasil

Bueno, antes de nada, comentar que he pasado mi primer Fin de Año en manga corta y al aire libre... Por lo demás, todo bastante parecido, hasta los fuegos, como podéis ver en la foto. He de pedir disculpas a mis seguidores habituales porque llevo varios días sin poder postear con la regularidad habitual, pero es que aquí estamos en época de lluvias el Internet vía 3G falla más que una escopeta de feria, no dejándome postear fotos y textos nuevos desde mi casa, textos y fotos que ya tengo preparados, pero que no he podido subir...
Es cierto que en el trabajo sí tengo un Internet de calidad, pero también es cierto que estos días han sido "feriados" y como que no me apetecía venir al trabajo a conectarme.
Por otra parte, haceros partícipes de mis tribulaciones con los visados de permanencia en este país. Parece que o hay un pequeño milagro, o voy a tener muchas dificultades en poder quedarme aquí después del mes de abril... Hoy ando un poco jodidillo con ello, porque mi "regalo" de Reyes ha sido el enterarme que no puedo hacer un Visado Permanente por reuinón familiar -como había previsto- y que como turista no puedo permanecer aquí más de 180 días por año (contando desde el momento de la entrada a Brasil por primera vez). Ayer, al hacer la renovación del Visado de Turista, me dieron la información pertinente indicándome que a pesar de que Brasil necesita personas como yo, que a pesar de que Brasil me ofrece trabajo, no puedo volver aquí en el periodo abril-octubre de este año... ¡A joderse!