jueves, 11 de noviembre de 2010

El espectáculo del mercado

São Paulo tiene alma detrás de la ciudad de cemento que es. La gente de esta megalópolis es como la sangre que la mantiene viva y que hace que cualquier cosa te sorprenda a la vuelta de una esquina. São Paulo está cambiando constantemente y, según me dicen, se reinventa cada día.
 
(Es recomendable pulsar sobre las fotos para verlas a su tamaño y en todo detalle)
7:10 AM. Entro en el Mercado Central de la ciudad. Algunos comerciantes terminan de poner sus puestos en orden. Entra pescado. Hay mucha gente de ascendencia asiática alrededor de los puestos de la parte este, que es donde están los productos de mar. La gente se fija en el atún rojo que está a unos precios desorbitados pero que un tipo con cara de japo está cortando en porciones finas como papel de fumar.
Sigo hacia el centro del mercado.
El espectáculo de colores y olores se mezcla con el del paisaje humano. Es una auténtica maravilla ver cómo en cada uno de los puestos, diez, quince personas se afanan por dejar todo como si se tratase de una fiesta, una fiesta de colores y una fiesta gastronómica. "¡Tome un dátil, señor! ¡Pruébelo! ¡Verá qué dulce está!". La zona de frutas es apasionante, pero no lo son menos los puestos de especies y de encurtidos.
El edificio del mercado es también muy bonito. Parece un gran bazar, aunque el bullicio a las siete y media de la mañana es contenido. Poco a poco, los puestos van quedando abiertos y listos para la jornada. Todo es fresco, limpio y muy sugestivo. Parece haber sido preparado para una exposición. No me canso de hacer fotografías a un lado y a otro.
Me llaman la atención las botellas de cristal, con aceites principalmente italianos, colgadas en los marcos de los cierres de los distintos puestos de quesos y embutidos. Hay también mucho "prosciutto" y algo de jamón español (mucho del pirineo catalán y poca pata negra... algún recebo, eso sí). Todo es un caos que camina en un orden perfecto. He hecho más de doscientas fotos en menos de una hora, mi tío ha hecho algunas compras y yo he encontrado algo que esperaba desde hace tiempo: Brasil en estado puro. ¡Qué maravilla!

5 comentarios:

  1. Que chulas las fotos del mercado, lo describes tan bien que parece que estamos paseando por los puestos haciendo la compra para la gran paella de José.

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  2. Estuve con Jose en el mercado y es una pasada en España de lo que yo conozco me recuerda a los de Barcelona

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  3. Gracias Conchi... La verdad es que me parecía estar en La Boquería, pero en más grande y más alto

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  4. yo cuando vi las fotos pensé lo mismo que tú...la colocación y el orden recuerdan al de las ramblas, en eso nos ganan los de vigo son mucho más cutres.

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  5. En todo caso, cada lugar tiene su encanto...

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